Próxima Sesión

No olviden que este sábado tendremos sesión y que terminaremos con este ciclo de tres escritores de la madurez. En esta ocasión hablaremos de Juan José Arreola y comentaremos algunos de sus cuentos que podrán bajar de www.cursoliteratura.sahuaroson.com y en la página del Instituto Sonorense de Cultura (www.isc.gob.mx).

¿Qué leer de Arreola?

Hay algunos libros que podrían servirles para entrar en el mundo de este autor: por principio de cuentas está su novela La feria de la que ya hemos dicho algunas cosas, esta novela es realmente muy atractiva ya que, entre otras muchas cosas, propone un juego entre el texto y la imagen que creo les podría interesar. Otro libro valioso es Bestiario, donde Arreola se dedica a presentar pequeños retratos de diferentes animales con un alto sentido de la ironía, incluye también un apartado con textos "plagiados" de algunos escritores que obsesionaban a nuestro amigo. Finalmente, sería una gran idea leer Confabulario, libro que contiene algunos de sus mejores cuentos. No puedo olvidar un libro editado por Arreola que fue un tesoro inagotable para mi retorcida imaginación adolescente, se titula Lectura en voz alta y contiene diferentes textos que el autor reunió recordando su experiencia como lector infantil. La obra narrativa de Arreola está reunida en un maravilloso volumen editado por Alfaguara que constituye una espléndida inversión para todo aquel que quiera ser un lector de verdad.

Vean al guardaagujas 

¿Qué decir de Arreola?

Hay algo que no puede pasarse por alto cuando se piensa en este escritor: la brevedad. Arreola es un autor obsesionado con dar trascendencia a lo pequeño. Una gran parte de su obra está dedicada a la narración breve: cuentos que crecen a saltos y desaparecen, prosas miniatura que quieren pasar por otra cosa, textillos apócrifos que intentan adjudicarse a otro autor, en fin, toda una caterva de engañosas nimiedades literarias que nos recuerdan que escribir es otra forma de jugar. Aun en los textos más amplios, como su novela La feria, Arreola se las arregla para hacer del mundo un modelo a escala, un pequeño universo donde este niño anciano y chocho se divierte con las criaturas creadas por su palabra. No es raro pensar en Arreola como un niño, qué otra cosa puede ser ese viejecillo acostumbrado a pasear por la plaza de Zapotlán vestido de frac y con baston de argentina empuñadura, qué cosa sino un infante (nada terrible) podría ser aquel abuelito que decía alegres disparates en las transmisiones del mundial o que aparecía en las aulas de la UNAM como un mago de circo rumano. Sin duda alguna, siempre será un deleite regresar a la edad de oro leyendo alguno de sus amables delirios.

¿Qué decir de Arreola?

Hay algo que no puede pasarse por alto cuando se piensa en este escritor: la brevedad. Arreola es un autor obsesionado con dar trascendencia a lo pequeño. Una gran parte de su obra está dedicada a la narración breve: cuentos que crecen a saltos y desaparecen, prosas miniatura que quieren pasar por otra cosa, textillos apócrifos que intentan adjudicarse a otro autor, en fin, toda una caterva de engañosas nimiedades literarias que nos recuerdan que escribir es otra forma de jugar. Aun en los textos más amplios, como su novela La feria, Arreola se las arregla para hacer del mundo un modelo a escala, un pequeño universo donde este niño anciano y chocho se divierte con las criaturas creadas por su palabra. No es raro pensar en Arreola como un niño, qué otra cosa puede ser ese viejecillo acostumbrado a pasear por la plaza de Zapotlán vestido de frac y con baston de argentina empuñadura, qué cosa sino un infante (nada terrible) podría ser aquel abuelito que decía alegres disparates en las transmisiones del mundial o que aparecía en las aulas de la UNAM como un mago de circo rumano. Sin duda alguna, siempre será un deleite regresar a la edad de oro leyendo alguno de sus amables delirios.

Aviso

Nos vamos de vacaciones por dos fines de semana, así que no tendremos sesión hasta el sábado 2 de abril, cuando discutiremos los cuentitos de Juan José Arreola... esperemos que durante estas semanas aprovechen para leer algunos de los cuentos que siguen.

Lástima...

Lástima para los que no asitieron el sábado pasado... temo decirles que fue la sesión más productiva hasta donde vamos. Por supuesto, gran parte de ese éxito se debe al cuento de José Revueltas, creo que a todos nos pareció uno de esos textos que logran retar al lector con su complejidad. Por cierto, creo que olvidé preguntarles de qué forma podríamos asociar aquella idea de la dialéctica con las relaciones que se establecen entre los personajes femeninos. Recuerden también esa idea de la transformaión de Alicia. Me parece que este es un cuento que amerita que escriban algo... por qué no redactan un pequeño comentario y lo suben aquí (por ahí alguien ya lo hizo), si se animan les sugiero que elijan un sólo aspecto del cuento, no sean ambiciosos, piensen en cosas como los puntos en común entre este cuento y Alicia en el país de las maravillas (quizá uno de esos puntos en común), la forma en que el narrador se apropia del punto de vista de Alicia, en qué relación hay entre la tía Ene y Alicia o, más interesante todavía, por qué se echa la culpa el maestro. Si no lo quieren subir al blog pueden envíarmelo al correo.

Por cierto...

Revisen la palabra Dialéctica en un diccionario decente.

Este viejo si estaba loco 

Ya vieron?

¿Ya vieron la página del ISC??? Tiene todos los cuentos... los archivos llevan el nombre del autor, usen eso como guía. Y sí, ya pongan más comentarios. Necesitamos más polémica.

Para discutir a Revueltas

Mañana vamos a parlotear un poco sobre "La palabra sagrada" de José Revueltas y me gustaría que primero: lo leyeran por lo menos dos veces; segundo: tuvieran muy claro lo que pasa en el cuento, la historia que nos narra; tercero: que pensaran un poco sobre la actitud y estrategias del narrador; y cuarto: que pensaran en el libro al que está haciendo referencia Revueltas durante todo el cuento (¿cuál es?, ¿en qué partes habla de él? ¿para qué hace referencia a él?)

Creo que con esos puntos es más que suficiente para arrancar y no terminar la discusión.